VINCULACIÓN TECNOLÓGICA
Científicos del CONICET lideran estudio para potenciar la producción acuícola en el embalse Piedra del Águila
El convenio de asistencia técnica firmado con la Autoridad Interjurisdiccional de las cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC) tiene como objetivo recalcular la capacidad de carga y estimar el impacto ambiental de las concesiones productivas sobre el embalse, una fuente estratégica de energía para la región. Este trabajo puede impactar en la producción acuícola y su desarrollo sustentable.


El embalse Piedra del Águila, la mayor central construida en su totalidad en Argentina, tiene funciones clave como la atenuación de crecidas del cauce del río Limay y la generación de energía. Este convenio de asistencia técnica, entre el CONICET y la Autoridad Interjurisdiccional de las cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), busca optimizar la gestión de los recursos hídricos del embalse mediante el estudio técnico de actualización de su capacidad de carga para la producción acuícola actual y futura, y estimar el impacto ambiental de las concesiones de producción.
La capacidad de carga se entiende como el nivel que puede soportar una determinada producción o manejo sin alterar las condiciones ambientales o que sea de manera controlada para que no perjudique al ambiente. En este marco, se identifica para la realización de esta investigación, una necesidad de evaluar la sostenibilidad ambiental y productiva de la acuicultura, es decir el cultivo y cría de los organismos acuáticos, ya que existe una proyección de crecimiento del sector en la región.
“La importancia de este trabajo es ordenar las diferentes concesiones que ya están funcionando y las que ya fueron otorgadas en el embalse Piedra del Águila. En este sentido, lo que las provincias y la AIC solicitan es el recalculo de la capacidad máxima de producción del embalse manteniendo las condiciones ambientales del mismo”, detalla el investigador y uno de los líderes del proyecto, Pedro Temporetti, integrante del Grupo de Calidad de Aguas y Recursos Acuáticos (GECARA) en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCo). Y continúa: “El principal beneficio a futuro es que, a partir de este estudio, se ordenará y planificará el otorgamiento de nuevas concesiones considerando el impacto ambiental que se podría generar en el embalse”.
Según Temporetti, en el desarrollo de la actividad acuícola debe tenerse en cuenta la preservación de la calidad ambiental de los cuerpos de agua donde se desarrollan, “la calidad del agua se define en función del uso que se le va a dar al recurso hídrico. Puede ser para consumo humano, recreativo, riego, preservación acuática y productivo. En estos casos, la calidad del agua debe ser tal que garantice el uso más sensible”.
En esa línea, diversas investigaciones que realizó estuvieron vinculadas al impacto que la cría intensiva de salmónidos en jaulas tiene sobre la calidad ambiental de los cuerpos de agua. “En mi caso particular trabajo con los sedimentos de ambientes lacustres y el rol que estos tienen en la dinámica de los nutrientes y la interacción de estos con el agua”, sostiene el especialista sobre sus estudios de estos ecosistemas y destaca la participación de otro de los líderes del proyecto, el científico Gustavo Baffico (INIBIOMA, CONICET-UNCo).
Este estudio retoma y profundiza evaluaciones previas sobre el embalse, “en 2017 se calculó la capacidad máxima de producción teniendo como premisa no modificar el estado trófico que tenía el embalse en ese momento. Cabe destacar que en esa oportunidad no había, aún, establecimientos que estuvieran produciendo de manera muy intensiva en el embalse, aunque tanto las provincias de Neuquén como de Río Negro tenían otorgadas concesiones de producción”, expresa Temporetti.
Por último, el investigador destaca el aporte de este trabajo y estudios para la planificación y desarrollo acuícola “generando herramientas de manejo que le permiten a los organismos tales como la AIC, la Secretaría de Pesca de las provincias de Neuquén y de Río Negro tomar decisiones que permitan desarrollar, en los embalses de la región, una actividad productiva, como lo es la producción acuícola a gran escala afectando de manera controlada al ambiente y compatibilizarlas con otras actividades que se realizan en los embalses como la generación de energía eléctrica, el riego y la provisión de agua potable en la zona del valle, etc”.
Por Mariela Méndez – Área de Comunicación CONICET Patagonia Norte