PREMIO L’ORÉAL – UNESCO “POR LAS MUJERES EN LA CIENCIA” 2025
Estudian cómo las plantas se reproducen en la alta montaña patagónica para contribuir a la biodiversidad en condiciones extremas
Sabrina Gavini, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCo), recibió una mención especial en la categoría Beca del Premio L’Oréal-UNESCO 2025.


Las altas montañas en la Patagonia Norte conforman uno de los ambientes más extremos del planeta. En estos ecosistemas, reservorios de biodiversidad, la adaptación y cooperación entre especies son esenciales para la supervivencia y reproducción de las plantas.
La investigadora del CONICET en el INIBIOMA (CONICET-UNCo), Sabrina Gavini, recibió una mención especial en la categoría Beca en la 19° Edición del Premio L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” 2025 -enfocado en las Ciencias de la vida- por su proyecto titulado: “Patrones y mecanismos de facilitación entre plantas directa e indirecta, y variación del éxito reproductivo en plantas de alta-montaña de Patagonia”. El mismo tiene como objetivo comprender los mecanismos que permiten que la vida de las especies se sostenga en condiciones extremas.
“Estudio cómo las plantas logran reproducirse en uno de los ambientes extremos de la Patagonia: las altas montañas, donde el viento, el frío y la escasez de polinizadores ponen a prueba todas las formas de vida. En particular, me interesa entender cómo las plantas con forma de cojín -esas pequeñas ‘islas’ u ‘oasis verdes’ que vemos entre las rocas- pueden favorecer directa e indirectamente a otras plantas a reproducirse y persistir en el tiempo”, afirma Gavini.
Según la científica, “este proyecto busca aportar una mirada nueva sobre los ecosistemas alto-andinos del norte de la Patagonia, que son verdaderos laboratorios naturales”. Y agrega que este trabajo de investigación tiene un valor para la región, “las montañas son especialmente sensibles al cambio climático, y conocer cómo ciertos organismos ‘ingenieros’ actúan como una ‘póliza de seguro’ de biodiversidad, nos permite identificar especies fundamentales para la resiliencia en estos ecosistemas”.
Asimismo, se destaca que el proyecto permite visibilizar la riqueza natural de la Patagonia donde existen recursos valiosos tanto para la ciencia como la gestión ambiental.
La curiosidad científica para inspirar a otras mujeres
Desde que comenzó su carrera de investigación, Gavini se sintió fascinada por cómo las plantas se relacionan entre sí y con los animales; además, cómo esas interacciones promueven y sostienen la biodiversidad. Para la especialista, hacer ciencia es “una forma de mirar el mundo con curiosidad y compromiso, es tratar de entender cómo funciona la naturaleza para cuidarla mejor”.
Sobre esta mención, indica que es “un reconocimiento profundamente significativo. Representa un impulso simbólico muy valioso para seguir adelante con una línea de investigación que exige perseverancia, trabajo de campo en condiciones difíciles y remotas y, sobre todo, pasión y compromiso por la naturaleza”.
En ese sentido, reflexiona sobre el rol fundamental de las mujeres en ciencia por la diversidad de miradas que aportan y los espacios que ocupan y enfatiza en que estas iniciativas impulsan la participación de mujeres, visibilizan su trabajo e inspiran a nuevas generaciones a construir una comunidad científica más diversa.
Contribución científica con impacto ambiental
Respecto a la línea de investigación, el siguiente paso es entender con mayor profundidad qué hace que las plantas con forma de “cojines” sean atractivas para los polinizadores, detalla Gavini, “si es lo colorido, el brillo o la cantidad y calidad de las recompensas florales, etc. y cómo esto repercute en el éxito reproductivo de las plantas”.
A largo plazo, la especialista espera que este estudio “ayude a reconocer el valor ecológico y funcional de estas plantas ‘nodrizas’ y a mostrar que, incluso en los lugares más inhóspitos, la cooperación entre especies puede ser una estrategia clave para resistir”. Y proyecta “seguir generando conocimiento, haciendo ciencia básica, y que mi investigación sirva para despertar más curiosidad y amor por la naturaleza patagónica, especialmente entre las nuevas generaciones”.
Las ganadoras de esta edición
Los proyectos que participaron estuvieron enmarcados en las Ciencias de la vida. Este año la ganadora de la Categoría Premio fue la Dra. Gabriela Carolina Pagnussat, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB, CONICET-UNMDP) por su proyecto “Hacia cultivos resistentes a las olas de calor: Activación del factor de splicing SWAP mediante tecnología CRIPR-dCAS9”. Y en la Categoría Beca, la ganadora fue la Dra. Mehrnoosh Arrar investigadora del CONICET en el Instituto de Cálculo Rebeca Cherep de Guber (IC, CONICET-UBA) por el proyecto: “Diseño racional de antivirales para el dengue”.
Por Mariela Méndez - Área de comunicación del CONICET Patagonia Norte